11 Mitos de la Logística que urge desmentir

Vivimos rodeados de mitos. Que solo usamos el 10% de nuestro cerebro, que las neuronas no se pueden regenerar, que hay un hemisferio del cerebro que predomina sobre el otro y eso nos hace más artísticos o más racionales, que escuchar a Mozart nos hace más inteligentes… Y todos ellos son falsos.  Por ello, no es de extrañar que también existan los mitos de la logística y de la cadena de suministro.

Si no quieres caer en ellos y evitar problemas, revisa los once que hemos recogido en este artículo.

Los mitos de la logística

1.- Solo podemos mejorar lo que gestionamos, no lo que subcontratamos

En esta típica idea se esconde tan solo una verdad a medias. Sí es cierto que sobre las cosas que subcontratamos nunca vamos a tener el mismo control ni la capacidad de mejora y gestión que tenemos sobre nuestros propios procesos. Sin embargo, acudir a un proveedor -ya sea logístico o cualquier otro colaborador de nuestra cadena de suministro- no puede ser sinónimo de falta de control ni de desentenderse de lo que allí suceda.

Existen varias maneras para mejorar el funcionamiento de los procesos que subcontratamos. Por ejemplo: establecer claramente las condiciones de servicio que vamos a tener, crear buenos canales de comunicación entre ambas empresas, asegurarnos de mantener la trazabilidad de nuestra mercancía, acordar las métricas que van a medir la calidad del servicio recibido, las informaciones sobre rendimiento que nos van a hacer llegar, etc.

 

2.- Planificar es caro y no tengo tiempo para hacerlo

Este mal afecta más a las empresas cuanto más pequeñas son. Las apreturas de las pymes hacen que no se tengan tiempo para levantar la cabeza del “ahora” para usar una mirada a más largo plazo. Lo cual es un error, ya que lo que sí que resulta más caro que planificar es solucionar los problemas provocados por la falta de planificación.

Es necesario concienciar sobre cuánto tiempo y dinero podemos ahorrar a largo plazo si conseguimos encontrar ese espacio necesario para detenernos un momento y mirar más allá. Pocas inversiones harás que sean tan rentables.

3.- La previsión de ventas depende del departamento comercial

Un pensamiento automático en muchas empresas es que todo lo que tenga que ver con ventas le pertenece, en exclusiva, al equipo comercial. Por lo tanto, han de ser ellos los que se encarguen de elaborar el presupuesto de ventas de la compañía. Esto deja fuera, de forma errónea, a otros muchos departamentos que son vitales para definir los objetivos. ¿Habrá desarrollo de nuevos productos, expansiones a nuevos mercados, acciones publicitarias de calado? Sin conocer este tipo de información le estaremos pidiendo al departamento comercial que acierte a ciegas.

4.- Todas las cadenas de suministro buscan lo mismo: velocidad y coste

La idea del “bueno, bonito y barato” llevada a la cadena de suministro. Este mito de la logística lo que hace es propagar la idea errónea de que todas las cadenas de suministro tienen los mismos objetivos, cuando no es así. Algunas cadenas de suministro buscan hasta el extremo la optimización de costes, mientras que otras tratarán de ofertar servicios premium a cuenta del bolsillo del consumidor.

Y no acaban aquí las opciones: por ejemplo, ser capaz de atender las necesidades de personalización de los productos o albergar una gran variedad de referencias lo más cerca posible de nuestros destinatarios son otras posibles metas de las cadenas de suministro que se salen del esquema “rapidez y coste”.

 

Los problemas que un cliente tenga con el envío de nuestro producto serán nuestros problemas

5.- El servicio logístico que me dan mis proveedores no es parte de mi producto

Este mito de la logística, aunque no suela pronunciarse en alto, habita aún en algunas empresas. Es importante concienciar a las firmas de que los problemas que tenga un cliente con la entrega de su producto serán vistos como parte del servicio que ofrece dicha empresa. Y poco importará que el destinatario sepa el nombre y los apellidos de nuestro proveedor logístico: en última instancia el problema lo está teniendo con nosotros y debemos responder por él.

6.- Cuanto más indicadores, mejor

Estamos en la era del Big Data y nadie quiere perder este tren. Y tanto es así que llegamos a hacer de la virtud, un defecto. Medir y controlar lo que sucede en tu empresa es totalmente necesario, pero las facilidades que la tecnología aporta a día de hoy hace que, en demasiados casos, lleguemos a la parálisis a través del análisis.

Tan importante como ser capaz de medir es el saber lo que tenemos que medir y la finalidad con la que lo hacemos. Establecer las métricas fundamentales de forma que sean relevantes, que realmente representen el funcionamiento de la empresa y que sean, a su vez, sencillas de recoger e interpretar.

Pocas cosas hay más frustrantes que introducir a tus equipos en laboriosos procesos de obtención de datos para que luego tengan la sensación de que no se utilizan, no se comprendan o no tengan utilidad.

7.- El medio de transporte a utilizar depende siempre de la distancia

Otro mito de la logística es el automatismo a la hora de decidir qué medio de transporte utilizar. Si está cerca, carretera; si está lejos, barco; si quiero llegar rápido, avión. Es cierto que si estos tópicos se han llegado a establecer en nuestras mentes es porque, en muchos casos, la práctica nos demuestra que son ciertos.

Sin embargo, haremos mal si no analizamos constantemente las opciones a nuestra disposición. Resulta sorprendente ver en cuántas ocasiones la que parece la opción evidente resulta peor que las que requieren rebuscar mejor entre las distintas posibilidades.

8.- Lo ideal es recudir el stock constantemente

Una vez más, aquí el enemigo vuelve a ser caer en la costumbre de dar siempre la misma respuesta a cuantas situaciones se nos planteen. Desde hace años la reducción de stocks es una de las obsesiones de la logística, y no sin motivos. Algunas de las empresas más grandes pueden contar en millones de euros los ahorros provocados por la reducción de stocks.

Sin embargo, siempre hay que analizar hasta qué punto hemos de llegar con esta disminución. Es posible que nuestros niveles de stock ya hayan alcanzado su punto mínimo deseable, que nuestra demanda fluctúe con fuerza y no pueda ser predicha con mayor precisión o que el riesgo de apurar más nuestros stocks y caer en una rotura de suministro sea mucho más grave que el coste de almacenar algo más de mercancía.

Como ya hemos insistido antes, actuar de manera automática sin plantearnos cada caso concreto puede darnos un disgusto.

9.- El cliente no está dispuesto a pagar por los envíos en el ecommerce

Este mito de la logística es fácilmente desmentible con la llegada de nuevas entregas ultra-exprés o en el mismo día, muchas de las cuales suponen que el cliente asuma un gasto adicional por el reparto. Además, incluso en los envíos con periodos de entrega ‘estándar’, aunque no se repercutan gastos de envío como tal, el cliente es consciente de que de alguna parte ha de salir el precio del transporte.

10.- No podemos vender allá donde no estamos

No son pocas las empresas que se cohíben a la hora de vender productos en lugares nuevos. Pero es necesario recordar que la cadena de suministro no ha de ser un obstáculo, sino una solución que atienda a las necesidades de la empresa. Esto, no obstante, no significa que tengamos que embarcarnos en todas las aventuras que se nos presenten, lo cual podría ser igual de perjudicial.

Una vez más, analizar a fondo cada situación para ver si podemos hacer un desembarco real en un nuevo territorio o mercado -sopesando costes, situación del mercado, manteniendo intacta la calidad de nuestro servicio…- será imprescindible.

11.- Mi objetivo es simplificar la cadena de suministro

El último de los mitos de la logística de nuestra lista es uno de los que más suele costar interiorizar. Por regla general, simplificar es algo positivo. Hace que entendamos más fácilmente el funcionamiento de las cosas, los problemas se encuentran de manera más rápida, etc. Sin embargo, no podemos hacer de ello una regla absoluta.

En el caso de las cadenas de suministro, la complejidad a menudo, más que un problema, es una característica dada a la que difícilmente se puede renunciar. La logística de una gran empresa, desde la gestación de las materias primas hasta la entrega del producto al cliente final, va a ser complicada prácticamente por definición. Aunque, desde luego, no debemos complicar innecesariamente la cadena de suministro, a menudo nuestra tarea no será eliminar su complejidad, sino saber lidiar con ella.

fuente: transgesa.com