Brasil, que tiene frontera terrestre con diez de los otros doce países suramericanos, envía por mar el 53 % de sus exportaciones hacia la región debido a la mala calidad de carreteras y ferrocarriles, lo que reduce su potencial como exportador, según un estudio divulgado hoy.
De las exportaciones por 36,748 millones de dólares que Brasil destinó a los países suramericanos en 2014, que corresponden al 16 % de sus embarques totales, un 53 % fue transportado por mar, un 39 % por tierra y un 5 % en avión, según el estudio encomendado por la Confederación Nacional de la Industria (CNI).
La vía marítima, sin embargo, aparece como casi la única alternativa de transporte hacia países con los que Brasil tiene frontera terrestre, como Surinam, al que los productos brasileños llegan predominantemente por mar (97 %) y avión (3 %).
El transporte por vía marina también es elevado para otros países con los que Brasil tiene frontera en la Amazonía como Guayana Francesa (95 %), Guyana (88 %), Venezuela (87 %), Colombia (87 %) y Perú (73 %).
De los países con los que Brasil no tiene frontera terrestre, Chile recibe el 62 % de los embarques brasileños por mar y el 33 % por tierra (atravesando otros países) y Ecuador el 83 % por mar y el 15 % en avión.
Pese a que son países vecinos y que carecen de mar, el 3 % de las exportaciones brasileñas hacia Bolivia salen en barco (hacia puertos de otros países), así como el 10 % de las que van a Paraguay.
Brasil solo envía porcentajes significativos de sus exportaciones por tierra a Paraguay (87 %), Bolivia (71 %), Argentina (48 %) y Uruguay (47 %).
La patronal atribuye esa contradicción a las malas condiciones de las carreteras y ferrocarriles que atraviesan Suramérica pero también alega que las fallas en la infraestructura, en general, afecta negativamente el potencial de sus exportaciones hacia los países vecinos, que están entre sus principales socios y con los que tiene libre comercio (Mercosur) o acuerdos preferenciales.
Según el estudio, la infraestructura deficiente o de mala calidad y los problemas de transporte y de logística reducen el potencial de exportación de Brasil hacia diez de los doce países suramericanos.
Incluso el transporte marítimo entre los países de la región enfrenta «falta de acuerdos multilaterales y exceso de barreras proteccionistas, que impiden, por ejemplo, que una embarcación chilena partiendo de Valparaíso, con escala en Montevideo y destino a Brasil, transporte cargas uruguayas hasta Brasil».
La CNI asegura que los problemas en infraestructura, transporte y logística solo son superados por las barreras arancelarias y no arancelarias como el factor del que más se quejan las empresas que exportan a Suramérica.
El informe agrega que los dos únicos destinos en que el nivel de las exportaciones supera su potencial son Bolivia y Ecuador.
De acuerdo con el estudio, las ventas externas hacia Argentina están en un 7 % por debajo de su potencial. Enseguida se ubican Colombia y Perú, con exportaciones en un 5 % por debajo, y luego Venezuela (4 %) y Chile (3 %).
La Confederación admite que la integración suramericana ha sido una preocupación de los gobiernos de la región y que actualmente hay 31 proyectos de infraestructura considerados prioritarios y en los que se están invirtiendo 21.000 millones de dólares, «pero ninguno concluido».
De esos proyectos de integración terrestre prioritarios, 15 están en fase de ejecución y 16 siguen en el papel.
«Para lidiar con esas barreras logísticas en el comercio regional las empresas adoptan soluciones que a veces son la segunda o tercera mejor opción, y en las que el costo logístico es significativamente incrementado», según la CNI.
La patronal atribuye la lentitud del proceso de integración a la opción por proyectos cuya ambición es desproporcionada a los recursos humanos y financieros existentes, como los gigantescos corredores entre los dos océanos, y al «excesivo grado de politización en las definiciones de las acciones prioritarias».
Para los industriales brasileños, «es poco probable que ese escenario cambie en los próximos años, especialmente con la actual desaceleración económica en la región».
fuente: eleconomista.net