Varias e importantes en tamaño podrían llegar a ser las inversiones -públicas y privadas- que se materializaran en Chile y/o naciones vecinas con los distintos corredores bioceánicos (CB). Una situación que se daría a medida que los corredores ya fijados comenzaran a estar operativos y al alcance de las empresas para que estas pudieran establecer intercambios comerciales, de manera permanente e ininterrumpida, con otras firmas establecidas a lo largo de la ruta. Igualmente, puede haber sustanciales ahorros en los envíos marítimos a lugares lejanos si los embarques se realizan por puertos más próximos al destino final.
Hace unas semanas, en Ciudad Grande, en el Estado de Mato Grosso (Brasil), tuvo lugar un seminario titulado ‘Corredor Bioceánico Puerto Murtinho – Puertos de Chile’, que atravesará Brasil, Paraguay, Argentina y Chile. Este corredor fue pactado por los Presidentes de los cuatro países el pasado mes de diciembre, en la llamada declaración de Asunción, y suscrita en el encuentro de Mercosur y otros miembros asociados. El recorrido se extiende desde Puerto Murtinho, hasta los puertos de Antofagasta y Mejillones preferentemente, cruzando Paraguay y el norte de Argentina, e ingresando posteriormente a Chile por el Paso Jama.
Las autoridades chilenas presentes en el acto informaron que «el corredor en la parte chilena ya está operativo, 100 % pavimentado, y se invertirán del orden de 350 millones de dólares en los próximos años para aumentar la capacidad y prepararnos para el mayor flujo de camiones». Agregaron, a través de una analogía con puertos europeos, que «el puerto de Rotterdam, el mayor de Europa, no es solo un puerto para los Países Bajos, sino para vastos sectores del continente?. Afirmaron que ?esperamos que los puertos chilenos no sólo beneficien a Chile, sino a todos los países del Cono Sur».
De esta manera, Chile ratifica una vez más su vocación y compromiso con la integración física regional y el desarrollo que esta aporta, en primer lugar, a los lugares por donde fluye el tráfico rodado y posteriormente a todo el país que forma parte del acuerdo.
Chile y Brasil, más unidos
Otro CB que marcha con bastante fuerza es el conocido como ?Corredor Bioceánico Central Agua Negra?, (CBC), que se concretará con la habilitación del Túnel Paso Agua Negra, interconectará, por vía terrestre, a Chile, con Argentina, Paraguay, Uruguay y Brasil. Hace unos meses, el Banco Interamericano de Desarrollo, informó a Chile y Argentina que se encargarían de la financiación de la infraestructura que unirá las regiones de Coquimbo (Chile) y San Juan (Argentina), estimada en 1.500 millones de dólares.
La travesía se construirá a una altitud de 1.700 metros, contendrá dos galerías, de dos pistas a cada lado y una longitud de 14 kilómetros, cuatro estarán en el lado chileno y 10 en el argentino. En el interior, estarán separadas entre sí por una franja de entre 30 y 60 metros, el proyecto considera varias conexiones internas de emergencia. Atenderá a un flujo de 2.200 vehículos día entre coches livianos, de transporte de carga y pasajeros. Estará totalmente operativo en 2025. Si todo se cumple según lo planeado, el CBC uniría Porto Alegre en el Atlántico y Coquimbo en el Pacífico en un trayecto que se estima en 2.472 kilómetros.
La preocupación por la conectividad por tierra, dirigida a mejorar el tránsito internacional de personas y mercancías en Sudamérica, data de los años setenta. Chile y Argentina crearon los llamados Comités de Integración, dirigidos a mejorar las condiciones materiales de los itinerarios que se realizan. En la zona norte, surgieron también iniciativas de acercamiento para aprovechar complementariedades con provincias argentinas, bolivianas y estados brasileños. Con Paraguay, se suscribió un convenio para el establecimiento en Antofagasta de un depósito franco y una zona franca para las mercaderías exportadas o importadas por el Paraguay.
La construcción de estos trayectos, especialmente el cruce de los Andes, demandará de tecnologías punteras, abriendo posibilidades a firmas nacionales de los Estados involucrados y a multinacionales foráneas para su concreción. Más allá de la propia labor a ejecutar, sin duda, serán considerados hitos relevantes dentro de las obras de infraestructuras a escala global, y un paso sin igual para el crecimiento del Cono Sur de América.
La apuesta de Chile por los CB es clara y decidida, el Atlántico y el Pacífico nunca han estado tan cerca, los gobiernos vecinos lo entienden como algo primordial para el progreso de todos. Más allá de cualquier diferencia, la unión que esto producirá, hará más factible el contar con un gran mercado en el que se comercialicen bienes y servicios de cada uno de los involucrados, como también de cualquier lugar del planeta.
Tomás Pablo Roa, presidente ejecutivo de Wolf y Pablo Consultores, S.L.
fuente: eleconomistaamerica.cl