La Empresa Portuaria Austral (EPA) realizó un llamado a licitación pública para la contratación de un millonario crédito bancario para financiar un proyecto de ampliación del Muelle Prat.
De acuerdo con los avisos publicados en medios locales y nacionales, se busca lograr un crédito por 4 mil 400 millones de pesos en moneda nacional o en unidades de fomento, lo cual equivale a unos seis millones de dólares al valor actual de la moneda norteamericana.
Según se establece en el aviso, las bases de la licitación estarán a la venta a partir hoy, con un valor de 1 millón de pesos más IVA y se fijó un plazo de consultas hasta las 18.00 horas del 21 de enero de este año, las que serán respondidas dentro de un plazo que concluye a las 18.00 horas del 25 de enero, es decir, cuatro días después.
La recepción y apertura de las ofertas de las instituciones que participen en la licitación, se realizará a las 15.00 horas del 2 de febrero de este año.
Un anhelo de años
Ya el 30 de agosto de 2013, el gerente general de la EPA, Ignacio Covacevich, planteaba un anhelo de años: remodelar las dependencias e instalaciones del Muelle Arturo Prat, donde no se había realizado ninguna inversión en varias décadas, con los consiguientes efectos para la actividad portuaria local.
Por entonces, se planteó que se pretendía intervenir el muelle y la explanada, y, posteriormente, ejecutar los trabajos necesarios para construir dos dolphin o “duques de Alba” en línea; la construcción de un punto de amarre; reforzar el cabezo y el puente del muelle, que se internaría otros 74 metros en las aguas del Estrecho de Magallanes, todo lo cual permitiría el atraque de naves, especialmente turísticas, de hasta 250 metros de eslora o largo.
De esa manera se lograría que las naves, con miles de turistas a bordo, en su mayoría de edad avanzada, atracaran al muelle, evitando quedar a la gira y facilitando el desembarque de esos visitantes, los cuales deben ser bajados a lanchas especiales, con las dificultades propias de esa maniobra, afectada, a veces por las condiciones climáticas imperantes en la zona.
Obviamente, se explicó, esos desembarques de turistas serían mucho más masivos que lo que han sido, lo cual tendría repercusiones positivas en el turismo urbano y rural de Magallanes, y en los locales dedicados a la gastronomía y a la venta de artesanías en un sector con tanta historia como la parte baja de Punta Arenas, al otorgarles más facilidades y más tiempo de permanencia en la capital regional a los visitantes.
fuente: elpinguino.com