La nueva cadena de suministro ha cambiado a la vez que lo hacían los consumidores, los negocios y los trabajadores. Ya no se centra en el producto, ahora lo hace en el cliente. Ya no tiene como objetivo último la búsqueda de la eficiencia, sino que se preocupa más por el crecimiento interno, la profesionalización de sus funciones y la generación de valor a largo plazo. En la próxima década será fácil distinguir qué supply chain están bien gestionados, y quiénes se alejan de los puestos líderes, quedando atrás al no encajar en un mundo nuevo, repleto de oportunidades al alcance de los que las sepan aprovechar.
Cómo reconocer a la nueva cadena de suministro
La nueva cadena de suministro se apoya en las redes de colaboración como un factor crucial para el éxito, aunque no es su único eje. Las claves de su éxito son cinco:
1- Mantener un enfoque flexible a nivel global. Producción, distribución, comercialización… la capacidad de adaptarse a las circunstancias permite la diferenciación que se necesita para destacar del resto. Pero es que, además, los cambios constantes no dejan otra alternativa. Los fabricantes necesitan poder explotar los nuevos canales, asegurando un abastecimiento flexible y una red logística sofisticada que les garantice el soporte necesario. La integración de la información y los procesos les pone en la pista para poder aprovechar cada oportunidad en el instante oportuno y la tecnología se convierte en el principal aliado de supply chain.
2- Promover la participación de los consumidores. Al fomentar un diálogo abierto con los clientes se consigue involucrarlos más con la marca. Este planteamiento aumenta la consistencia del vínculo entre ambos y justifica la confianza que han decidido depositar en la organización.
3- Mejorar el retorno sobre el gasto en innovación. Ya no se trata sólo de adquirir los últimos software y hardware. La nueva cadena de suministro va más allá y actúa en base a una estrategia predefinida. Conoce sus necesidades actuales y futuras, sabe dónde están sus puntos débiles y cuáles son sus fortalezas y, en base a este conocimiento, impulsa su capacidad innovadora mediante alianzas, inversión tecnológica y la puesta a disposición de los recursos necesarios para destacar en este ámbito, avanzando hacia su particular transformación digital y traduciendo esa estrategia en un aumento de los ingresos, en el crecimiento del mercado, o en la diversificación.
4- Atraer y retener a los empleados productivos. Las contrataciones los planes de carrera y las prioridades de Recursos Humanos han cambiado también. La nueva cadena de suministro es consciente de la necesidad de aumentar sus niveles de profesionalización, el área de compras es un buen ejemplo de ello; y busca perfiles proactivos, capaces y familiarizados con las nuevas tecnologías. Personas que, bien mediante contrato laboral, bien mediante outsourcing se integrarán perfectamente con la nueva cultura empresarial de supply chain, mucho más flexible, colaborativa y dinámica.
5- Transparencia. Tanto de cara al exterior, con objeto de mantener a los consumidores informados acerca de los productos y sus componentes, atributos clave y procedencia, así como de su impacto ambiental y social; como de puertas para dentro, realizando el mismo trabajo de puesta a disposición de la información para el cliente interno; la nueva cadena de suministro entiende que éste es un valor en alza.
fuente: retos-operaciones-logistica.eae.es