El intercambio comercial aumentó solo 2,8% en 2015, según la Organización Mundial de Comercio, el cuarto año consecutivo de crecimiento por debajo de 3%.
En un parque logístico que rodea el puerto de Shanghai, los únicos bienes guardados en un depósito de tres pisos el mes pasado eran blue jeans de alta gama, camisetas y chaquetas importadas del Reino Unido y Hong Kong. La mayor parte de la mercancía llevaba allí casi dos años.
La actividad en el depósito de 10 mil metros cuadrados decayó a fines de 2015 tras el retiro de varios importadores chinos de vino, señala Yang Ying, la administradora, lo que dejó mucho espacio vacío. El golpe final se produjo después de que en diciembre pasado un comerciante rechazó un despacho en el muelle. «El cliente les dijo a los trabajadores que devolvieran el vino a Francia. Nadie lo quiere», cuenta Yang.
El dolor ha pasado a ser una sensación más común en los mayores puertos del mundo, desde Shanghai hasta Hamburgo, ante el debilitamiento del comercio global y el desastroso fin del auge de las materias primas.
El intercambio comercial creció apenas 2,8% en 2015, según la Organización Mundial del Comercio, el cuarto año consecutivo de expansión inferior a 3% y una cifra históricamente baja comparada con la expansión de la economía global.
El negocio del comercio por vía marítima ha sido llevado al extremo, primero por un auge que exigió buques cada vez mayores y luego por un abrupto frenazo. Tal vuelco ha impactado de lleno a la industria naviera de contenedores, que transporta más de 95% de los bienes que se comercian globalmente, desde vestuario y calzado hasta autopartes, electrónicos y bolsos. La difícil situación ha generado una ola de consolidación y recortes de costos en las flotas del mundo.
Panorama negativo
Muchas razones explican la desaceleración global, como el derrumbe de los precios de los commodities , el menor dinamismo de Asia y la recuperación anémica de la economía europea. Los mercados también han sido afectados por crisis económicas y políticas como las de Brasil, Rusia y Ucrania. Las autoridades también han mencionado la escasez de acuerdos de libre comercio importantes, como el Nafta entre Estados Unidos, México y Canadá, que en su momento estimularon el crecimiento.
En ninguna parte se pueden apreciar los daños con mayor claridad que en la ruta comercial entre Europa y Asia, de unos 45 mil kilómetros ida y vuelta. El enfriamiento de la economía china y la ofensiva de Beijing contra la corrupción han disminuido la demanda de materias primas como hierro y zapatos y bienes de lujo como bufandas de diseñador. Mientras tanto, Europa sigue convaleciente, lo que afecta el flujo comercial en la dirección opuesta.
«Es la primera vez en que se ve gente en la industria naviera realmente asustada», dice Basil Karatzas, de la empresa neoyorquina Karatzas Marine Advisors and Co.
Las importaciones chinas desde la Unión Europea retrocedieron casi 14% en 2015 mientras que las exportaciones chinas a Europa cayeron 3%. Este año partió también con el pie izquierdo. Las importaciones chinas de la UE descendieron 7% interanual en el primer trimestre, un porcentaje casi idéntico al declive de las exportaciones del gigante asiático a Europa.
Jonathan Roach, analista de transporte de contenedores de la empresa londinense Braemar-ACM Shipbroking, indica que unos 100 viajes de Asia a Europa se cancelaron el año pasado, o 10% de los viajes regulares.
Maersk Line, el mayor operador mundial de contenedores, anunció en noviembre el despido de unos cuatro mil empleados y retrasó los pedidos de cargueros para sortear el colapso de los precios de los fletes. Mientras tanto, los operadores de Corea del Sur Hyundai Merchant Marine y Hanjin Shipping Co. están en conversaciones con un acreedor, el Banco de Desarrollo de Corea, para reestructurar sus deudas.
No todos sufren
Los puertos estadounidenses de Los Angeles y Nueva York buscan expandirse al anticipar mayores volúmenes gracias a un crecimiento relativamente robusto de la economía del país. Pero incluso en esos puertos, los minoristas aún acumulan grandes cantidades de inventario no vendido y podrían reducir sus compras desde el exterior.
En A. Latina, las importaciones en contenedores alcanzaron los 8,29 millones de TEU en 2015, o unidades equivalentes de 20 pies (la medida de referencia sobre la capacidad de los buques portacontenedores y las terminales portuarias), un alza de apenas 0,2% frente al año previo, según Karatzas Marine Advisors. Las exportaciones de la región, a su vez, llegaron a los 5,23 millones de TEU, un incremento de 4,1% frente a 2014.
En el caso brasileño, donde el transporte marítimo es dominado por cargamentos de materias primas a granel, la actividad subió 4% en 2015 frente al año previo, a 1.008 millones de toneladas, según la Secretaría de Puertos. Mauricio Lima, socio gerente del Instituto Ilos, consultora especializada en logística y cadena de suministros, dice que pese a la contracción económica las exportaciones siguen creciendo, ayudadas por la caída del real.
La situación de Europa es igual de delicada. Un estudio elaborado por el Consejo Europeo de Navieras, que representa unos 25 mil exportadores e importadores, halló un descenso de 12% en las escalas en los puertos del norte de Europa en el segundo semestre de 2015 ante igual lapso del año previo.
En Hamburgo, el tercer puerto más transitado de Europa después de Róterdam y Amberes, el tráfico de contenedores con China cayó el año pasado a su menor nivel desde 2009.
Costas Paris y Rose Yu
The Wall Street Journal Americas
El Mercurio
fuente: economiaynegocios.cl