Por fortuna, la preocupación por el medio ambiente es hoy en día el último grito en las empresas. Y, como no podía ser de otra forma, esta tendencia también ha llegado a la logística. Hoy nos queremos fijar en uno de los elementos más importantes y a la vez problemáticos medioambientalmente hablando: el embalaje o packaging.
Cajas, bolsas y envoltorios bonitos, originales o prácticos. La forma de presentar los productos lleva con nosotros desde tiempos inmemoriales. El embalaje es una carta de presentación, pero también una forma de proteger lo que comercializamos y transportarlo.
Sin embargo, y pese a su indispensabilidad, el packaging sigue generando una cantidad de residuos no reciclables ni reciclados que resulta apabullante. Y es que, aunque parezca mentira, en un año cada uno de nosotros podemos llegar a generar hasta 200 kilos en residuos solamente provenientes de envases.
Por eso, y gracias a una creciente conciencia social, empresas y consumidores nos esforzamos cada vez más en apostar por el packaging o embalaje sostenible.
Para alcanzar este ahorro económico y medioambiental, el camino comienza con una inversión. Gracias a unas labores de I+D+i, la investigación y la innovación, las empresas son capaces de encontrar embalajes mucho más funcionales, prácticos, sencillos y, además, mucho menos contaminantes. El objetivo es alcanzar un ideal de packaging que ocupe menos espacio, se almacene mejor, se fabrique utilizando el mínimo de recursos y se transporte de forma eficiente.
Según los expertos, la evolución de los envases a un packaging no solo “eco”, sino también inteligente, nos llevará a reducir el malgasto de alimentos, lograr que los objetos tengan una vida más longeva y mejorar la transparencia de la cadena de distribución, ya que podrán servir para garantizar la seguridad y calidad de todo el proceso.
Primeros pasos para realizar envíos “ecofriendly”
Realizar un envío corriente es una tarea bastante sencilla, pero en el momento en el que comenzamos a tener en cuenta las variables “eco”, todo se complica. Así que, si aún eres “econovato”, te dejamos unos consejos para que pongas en práctica el packaging sostenible:
- Si tienes un gran volumen de envíos, lo ideal es utilizar la llamada “logística inversa”, es decir, emplear embalajes que tengan varias vidas útiles, como cajas de plástico, pallets, bolsas o contenedores reutilizables.
- La segunda alternativa que te proponemos, ideal para menor volumen de envíos, es olvidar el plástico y comenzar a utilizar materiales reciclados y reciclables, como el cartón o alternativas fabricadas con fibras vegetales.
- Procura que tu packaging esté en consonancia con tu marca. Caminar hacia un futuro más sostenible también pasa por crear y comercializar productos “eco”, fabricados con materiales ecológicos o componentes bio, en unas condiciones justas para la sociedad y el medio ambiente y que no utilice elementos tóxicos o contaminantes en su producción.
- Utiliza la menor cantidad posible de material para tu embalaje. Si puedes envasar tu producto en una sola bolsa, no utilices dos bolsas y una caja. En este caso y más que nunca, menos es más.
- Proporciona un packaging reutilizable. ¿No sería genial que hasta los envases de tus productos tuvieran una segunda vida?
- Y, por último, ¡desata tu imaginación! El packaging sostenible nos ofrece infinitas alternativas creativas, ¡aprovéchalas y deja a tus consumidores con la boca abierta!
fuente: haldia.es