Todos los productos que podemos encontrar en el mercado vienen de un largo proceso llamado cadena de gestión de suministro o SCM, que son las siglas de su traducción anglosajona Supply Chain Management. Esta cadena está compuesta por diversos escenarios que empieza con el aprovisionamiento de materias prima, pasando por el de suministros para realizar la producción, hasta llegar a la logística necesaria para hacer llegar el producto al cliente final.
Por lo tanto, se puede afirmar que la cadena de gestión de suministro o SCM es todo el ciclo de vida que tiene un producto o servicio, desde que se compran las materias primas para adquirirlo hasta que lo consume su destinatario. Es decir, nos encontramos frente a un sistema que está compuesto por diferentes etapas entre las que se encuentran las compras, suministros la gestión de existencias, el transporte etc. Además, en todas estas etapas que componen la SCM intervienen muchos sujetos como proveedores, distribuidores, fabricantes incluso el cliente final.
Existen, diferentes etapas a lo largo de la SCM:
- Suministro: Averiguar qué proveedor de materias primas es la mejor opción y comprarlas.
- Producción: Utilizar las materias primas para fabricar el producto.
- Distribución: Repartir el producto terminado a todas las tiendas donde el cliente podrá adquirirlo.
Estas etapas son de suma importancia que se realicen de forma ágil y eficiente, pues de ellas depende que el consumidor final esté contento con la adquisición de un producto. Así pues, debido al peso tan grande que recae sobre la SCM se espera que su gestión sea excelente.
Ventajas de que la SCM sea sobresaliente
Lo que está claro es que a causa de la importancia que la SCM tiene sobre los beneficios de la empresa, su gestión debe ser eficiente, ya que esto proporciona otras muchas ventajas.
- Mayor rentabilidad. Si a lo largo de todo el proceso que compone la cadena de suministro se consigue ser eficiente, los costes operativos pueden llegar a reducirse hasta un 30%.
- Aumento de la fidelización con el cliente, ya que una de las etapas que componen la cadena es la distribución, así que si se logra que nunca falle el producto cuando el cliente lo necesita, se logrará una mayor fidelidad. Además, la atención al cliente mejorará en el tema de, por ejemplo, las devoluciones de compra. Estos hechos potenciarán la buena imagen de la empresa y el cliente será consciente de que es la mejor opción que existe en el mercado.
- Mayor competitividad, ya que se logra una mayor eficiencia en todo el proceso y se consigue reducir costes, llegando a ser más competitivo que el resto. Este aumento de competitividad posibilita la entrada en nuevos mercados.
- Un equipo más unido, esto es así porque a través de una buena gestión todos los trabajadores conocen su papel y cómo deben actuar en caso de algún imprevisto. Sienten que se necesitan unos a los otros como los eslabones de una cadena para que todo salga como se desea.
- Control más exacto, ya que el proceso de toda la cadena está muy bien especificado se puede averiguar en tiempo real en qué etapa de la SCM se encuentra el producto, evitando de esta forma dar fechas erróneas al cliente y minimizando los pequeños conflictos que se puedan dar entre los distintos participantes en la SCM.
fuente: retos-operaciones-logistica.eae.es