Un sistema de trazabilidad ayuda a lograr una cadena de suministro más sostenible y, a pesar del coste de implementación, termina fomentando el ahorro en supply chain, a la vez que impulsa la confianza del consumidor y su lealtad.
La globalización de la cadena de suministro ha aumentado la distancia entre la fuente de producción y los consumidores. Por una parte, las materias primas; por otra, los procesos de fabricación y, lejos de estas ubicaciones separadas y remotas, están los consumidores, que ya no tienen contacto con el origen de los productos que compran.
La distancia puede alimentar la desconfianza, que se basa en el desconocimiento. ¿Pueden estarse consumiendo productos contaminados? ¿Se ha empleado mano de obra infantil en la confección de una prenda? ¿La explotación agrícola respetaba el medio ambiente local?
Con el fin de garantizar, no sólo la calidad del producto final, sino su alineación con los principios de sostenibilidad, los responsables de la cadena de suministro no pueden sino plantearse la implementación de un sistema de trazabilidad, cuya efectividad y fiabilidad dependerán del nivel de precisión, eficiencia de la identificación y tecnologías de autenticación.
Sistema de trazabilidad y gestión sostenible de la cadena de suministro
El sistema de trazabilidad ayuda a lograr el objetivo de sostenibilidad en supply chain al apoyar una gestión que promueve la integración estratégica y transparente y el logro de los objetivos sociales, ambientales y económicos de la organización y las empresas que cooperan con ella.
En este contexto, la tecnología RFID es clave. Un sistema de trazabilidad que incorpore esta tecnología permite disfrutar de beneficios como:
- La reutilización de recursos. La RFID genera una mejor gestión de la logística inversa. Por ejemplo, en el caso de los palets, facilita su rastreo y localización, permitiendo darles un nuevo uso.
- El ajuste de inventario y la reducción del coste asociado al mismo. Mediante el uso de una etiqueta RFID asociada a un producto, todas las actividades relacionadas con el mismo pueden coordinarse con precisión. Todas las partes cuentan con información puntual, sincronizada y de calidad, por lo que se reducen los errores y se evita el coste de invertir en complejos sistemas de información que permitan almacenar y procesar los datos de cada ítem localmente.
- La planificación consciente de la función de transporte. Un sistema de trazabilidad permite una mejor planificación del transporte al hacer posible la toma de decisiones en tiempo real. Por ejemplo, el cálculo de rutas alternativas o la monitorización de las condiciones de tráfico ahorran combustible y tiempo. No sólo eso, sino que la tecnología RFID permite reducir los costes de transporte gracias a una gestión más precisa de las compras, que permitiría reducir el número de viajes totales a partir de un mejor cálculo del abastecimiento.
- La minimización de la generación de desecho. Otra aplicación de un sistema de trazabilidad tiene que ver con la optimización de procesos y recursos en la cadena de suministro. La información del rastreo facilita el control de los procesos entre los diferentes eslabones de las cadenas de suministro. Al garantizar la calidad de la información a lo largo de la cadena, se gana en sincronización entre las distintas actividades y se evita el malgasto de tiempo y la generación de desechos.
Un sistema de trazabilidad no sólo resulta determinante para reducir el coste en la cadena de suministro, sino que es clave para aumentar los ingresos y beneficios. Gracias a la tecnología de trazabilidad aplicada a los productos, se puede garantizar su calidad, informar sobre su origen y aportar datos sobre todo el proceso recorrido hasta llegar a las manos del consumidor. Esta transparencia aumenta la confianza de los clientes, que apuestan por organizaciones sostenibles y suelen tener una mayor predisposición a pagar un importe superior por productos más seguros.
fuente: retos-operaciones-logistica.eae.es